martes, 31 de mayo de 2011

Los días que tu no estas.






Si, los días en que no tienes al compañero que siempre te da apoyo en tu soledad y que es lo que necesitas en el momento en que sabes que eres pequeño y temoral.



Es menos, o tal vez más triste saber que no existe.

lunes, 23 de mayo de 2011

Aprendiendo de quien nos enseña.



Acostumbramos a observar a todo niño con toda transparencia, ya que ellos aún lo son; son transparentes sus miradas, sus gestos (segundo sistema de señales) sus palabras etc.
Están todavía totalmente limpios de falsas poses que ya adultos aprenden del mundo que nos rodea. Este nos moldean y nos entroniza ciertas características que no nos deja ser diferentes unos de otros.
La socialización necesaria nos estimula a repetir y a no crear, no por esto deja de ser útil, pero si debe dejarse libertad a crear, fantasear y con esto desarrollarse como seres únicos cosa que se puede observar: ningún ser humano es igual a otro, aunque si semejante. Reconociendo esta premisa es cuando debemos dejarlos volar hasta conseguirse ellos mismos. Nadie puede vivir la vida ajena, esta, la vida, hay que verla cómo lo que es "un don irrepetible y fantástico" que desde la más corta edad debemos... ¡si, del verbo dejar! aprenderla a la vez que la disfrutamos y este aprendizaje, y este disfrute no se lo robemos, les pertenece desde el mismo momento en que el ser divino les regaló.
Muchas veces deseamos la inocencia de ello, olvidando que la tuvimos y que aún siendo seres de mayor edad hubo un momento en que igualmente la disfrutamos.
Al verlos tratemos de imitarlos y poder de esa forma gozar de esos momentos algunas veces olvidados y que están todavía aquí, es tiempo. Somos seres con potencialidades indescifrables que con las angustias y vicisitudes que a su vez contiene la vida olvidamos, dejamos de lado sin aprovechar lo que solamente nos pertenece por entero: la felicidad.
Parecerá ésto como una palabra utópica por desconocimiento; esta impresa en lo más leve, en lo más imperceptible. ¿Dónde? muchos creen que esta en lo más costoso, en lo más difícil; viéndola cómo casi inaccesible, siendo todo lo contrario, ¿has visto un niño jugando con tristeza? ciertamente que no. Imitemos sus fáciles sonrisas para sentir que es una de las cosas que menos cuesta y de la cual nos podemos nutrir. ¿No es fácil entonces conseguirla? Un simple ejemplo de lo que poseemos y que hemos dejado perder para solo conseguir hacer más intrincada la simplicidad que esta alrededor de todo.

Dariela López.-