martes, 7 de junio de 2011

Un día más.




Las emociones que producen inmensas reacciones, suelen ser tan pequeñas que las confundimos con cosas sin importancia. El estímulo que desencadena unas emociones desconocidas para nosotros mismos cuando las vemos convertidas en conductas, muchas veces se nos hace invisible. Es casi que insignificante que no vemos que nos picó esa mínima avispa para dejarnos tan marcados que no creemos que esa pequeña ponzoña nos pueda afectar.


Cuando sentimos que estamos "picados de araña" no entendemos cuál es la razón de esta reacción, buscamos y muchas veces no encontramos la respuesta a nuestra actitud ante ciertas cosas. Decimos que somos capaces de detectar cualquier cosa y nos paralizamos ante nuestras propias acciones u omisiones. Luego de un corto autoanálisis muchas veces nos quedamos con la boca abierta ante el descubrimiento de la inferior pomzoña que nos hace tan tremenda marca.


Cuando nos damos cuenta es cuando nos sabemos tan frágiles.









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