lunes, 30 de junio de 2008

Los que tenemos detrás.

El mundo sigue si n clemencia su paso. No es nuevo, pero a nosotros si nos parece que se renova cada dia. Y luego pensamos: va pasando sin consultarme, es la ley.

Estaba viendo un partido de football y me hizo refleccionar algo tan evidente. La importancia que tienen los expertos, en técnica pero también en edad, estos seres mayores son una base que muchas veces no sabemos darle la devida importancia. Su cúmulo de años no son en vano, sus enseñanzas son las que nos conducen hasta sus hechos para liderarnos.
Hay que tomar en cuenta eso que aún no tenemos: su basta vida, pero que con sus palabras, que ya dejaron de ser hechos, nos guían hasta los confines de los nuestros. No tenemos lo que ellos nos dan, pero si tiempo para lograr muchas cosas. En toda la historia vemos la capacidad de sus haberes. Solo un ejemplo: los indios tenían un jefe supremo, y era de mayor edad....

martes, 17 de junio de 2008

Otra vez aquí. No sé pero creo que cuando dejamos por un tiempo lo que acostumbramos hacer creemos que el tiempo no pasa y por el contrario es más inclemente, luego de esa ocupación vemos que, ó creemos que fue tiempo perdido.
Ese deseo de escribir que no nos abandona nunca, es como una opaca pélicula que nos borra o nos empaña la vista del alma. Pero es tan nuestra que cuando nos percatamos de este interés es cuando solemos llorar, reir, o cualquiera otra obsesiva pasión, pero que se vuelve más humana. Esa humanidad tan cercana a la locura. Si, pero que necesitamos tanto de su compañía como la emoción de un enamorado, es tan nuestra que al sentirnos más solos que de costumbre ella nos atrae con más ardor que de costubre, es así como el amante deseoso de su pareja; y correspondemos como la más ardiente mujer.
Es tan nuestro como el nombre, en cualquier citio al escuchar nuestro nombre sabemos que se trata de nosotros pero... que cualquier otra persona también lo lleva.`Pero no por eso dejamos de ser ese nombre, nos pertenece, de esa misma forma el deseo de escribir nos atañe. Hay una escritora colombiana "Lucia Palacio" que le puso un nombre: Demion, creo.
Ese pegajosa y empalagosa pasión nos acompaña siempre, y aunque, en ciertos momentos nos estorbe es muy nuestra, no quiero que me abandone porque ella es mi mayor suerte.