martes, 17 de junio de 2008

Otra vez aquí. No sé pero creo que cuando dejamos por un tiempo lo que acostumbramos hacer creemos que el tiempo no pasa y por el contrario es más inclemente, luego de esa ocupación vemos que, ó creemos que fue tiempo perdido.
Ese deseo de escribir que no nos abandona nunca, es como una opaca pélicula que nos borra o nos empaña la vista del alma. Pero es tan nuestra que cuando nos percatamos de este interés es cuando solemos llorar, reir, o cualquiera otra obsesiva pasión, pero que se vuelve más humana. Esa humanidad tan cercana a la locura. Si, pero que necesitamos tanto de su compañía como la emoción de un enamorado, es tan nuestra que al sentirnos más solos que de costumbre ella nos atrae con más ardor que de costubre, es así como el amante deseoso de su pareja; y correspondemos como la más ardiente mujer.
Es tan nuestro como el nombre, en cualquier citio al escuchar nuestro nombre sabemos que se trata de nosotros pero... que cualquier otra persona también lo lleva.`Pero no por eso dejamos de ser ese nombre, nos pertenece, de esa misma forma el deseo de escribir nos atañe. Hay una escritora colombiana "Lucia Palacio" que le puso un nombre: Demion, creo.
Ese pegajosa y empalagosa pasión nos acompaña siempre, y aunque, en ciertos momentos nos estorbe es muy nuestra, no quiero que me abandone porque ella es mi mayor suerte.

2 comentarios:

asdrubal barca dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
asdrubal barca dijo...

Que entretenido... me gusto esta entrada.. y me extraño mucho tu complicidad.. en realidad no escribo para ser leido.. yo llamo a mis entradas "artisticamente" encomiables esputos =)son reflejo de un momento que quizas ya paso... igualmente estare por aqui seguido.